miércoles, 2 de noviembre de 2011

La muy mala suerte

La muy mala suerte.
Suerte era el nombre de una bruja malvada y caprichosa. Tanto daño hacia con sus hechizos, que todos temían que "la Mala Suerte" pasara siquiera cerca de sus casas. Constantemente trataban de esconderse de ella, ocultándose en cualquier lugar.
Pero una noche, un joven decidió salir a su encuentro. Cuando la bruja lo vió llegar tan decidido y valiente, le preguntó sorprendida:
-¿A donde tan tarde, joven? ¿Cómo es que no tienes miedo?
Es que voy en busca de una bruja. La llaman la buena suerte-respondió el muchacho.
-Te equivocas-dijo la bruja-Yo soy esa bruja, aún me llaman la Mala Suerte. Esa que dices no existe.
-Ah, claro que existe. Simplemente no eres tu. Será otra bruja con un nombre parecido.
Suerte era un bruja solitaria estaba segura que no habia ninguna otra bruja en toda la comarca, y menos aún con su mismo nombre. Asi que insistió.
-Entonces tienes que estar buscándome a mi, a la mala suerte.
-Que noooo -respondió obstinado el joven-¿Has oido alguna vez que alguien busque a la Mala Suerte? ¡Claro que no! Te repito que yo busco a la Buena Suerte.
La bruja se molesto un poco, pero segura como estaba de que se trataba de ella, decidió investigar un poco.
-¿La has visto alguna vez? ¿Como la vas a reconocer?-preguntó.
-No la he visto nunca, pero será fácil reconocerla. Dicen que hace cosas buenas.
-Yo puedo hacer cosas buenas-respondió la bruja - ¡Mira!
Y al decir eso, convirtió una piedra en una sabrosísima manzana, y se la ofreció al joven.
-No es solo eso. La buena suerte protege a los que la encuentran.
-¡Pero yo también!-protestó la bruja, al tiempo que golpeaba el hombro del joven para apartar un escorpión que estaba a punto de clavarle su aguijón.
Asi siguieron hablando durante toda la noche. A cada cosa que comentaba el joven, la bruja trataba de convencerlo de que era a ella a quien buscaba. Cuando llegó la hora de separarse, el joven dijo.
-Casi me has convencido, pero hay una cosa mas. La buena suerte siempre espera a los que la buscan.
-¡Yo tambien lo hare! Vuelve mañana a buscarme-se despidió la bruja.
Y aunque la bruja siguió haciendo de las suyas, cada noche volvia a esperar al joven. A veces cambiaba de sentido, o de forma, o de ánimo , o de color, pero siempre estaba alli, esperando al joven.
Y a quienes se atreven a salir a buscarla, para quienes ha reservado sus mejores cuidados y regalos.

LA BUENA SUERTE ES PARA LOS QUE LA BUSCAN. CULPAR DE LAS COSAS A LA MALA SUERTE O AL AZAR SOLO LLEVA A LA PASIVILIDAD Y LA IRRESPONSABILIDAD.
El texto anterior es publicado por uno de los miembros del Comité Promotor de Valores. Gracias por compartir esta historia.

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